VOX
Una de las
aficiones históricas de los madrileños es poner verde al Alcalde sea este de lo que sea, pero Manuela Carmena es, por unanimidad, la peor que hemos tenido desde
que, los que estamos vivos, tenemos memoria. Por eso, es casi una delicia coger un
taxi en Madrid. No un Cabify que, como corresponde a un
chófer serio, no dice más que: buenos días, si prefiere otra emisora dígamelo y
tiene agua por si le apetece. Me confieso usuaria, lo de la botellita de agua
me pierde.
Ayer cogí, pillé,
tomé un taxi, del que creí que tendría que salir cantando el Cara al Sol y después de 2 Arriba España y 3 Viva Franco. Conseguí salir del cubículo cuando confesé, fuera
verdad o no, que iba a votar a Vox. Jolín
que desahogao era el taxista. La cosa
empezó por poner verde a Carmena que
vine a ser deporte local. Los del Foro
sabemos lo que ella y sus secuaces nos están haciendo pasar. No solo por la
chorrada del Madrid Central. Sobre
todo por la panda de gente que la rodea, algunos muy peligrosos como Sánchez Mato, que no dice más
barbaridades porque no le caben. Este es el que dijo hace un par de semanas: “A ver si planchais el trapo ese”
refiriéndose a la bandera. Si hubiera estado cerca le hubiera indicado por
donde se puede meter el trapo pa que ya no haya que plancharlo nunca más.
Total, que hasta ahí, todo dentro de la normalidad.
La cosa se empezó
a poner fea cuando nos empezamos a reír de Pedro
Sánchez y su obsesión por Franco,
de donde nos fuimos al desastre de la corrupción en todos los partidos y sacó
la conclusión, cierta a día de hoy, de que todos menos VOX. En ese momento habíamos llegado a mi destino, pero el hombre
había cogido el discurso y me tuvo 10
minutos de reloj hasta que pude meter baza y dije: pues yo también voy a
votar a VOX!!. En ese momento el
hombre me soltó un: “Que tenga buena
tarde” y yo acerté a decir, más bien musitar: “Usted también” y salí corriendo.
Haaasta pronto!!!
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