Después de ese amago del
besante de convertirse en besado que nos ha alegrado el puente, sólo nos queda,
como haría cualquier padre paciente, recordarle a Pdr Sánchez que debería haber estudiao. Me explico: por mucho que
afirme la Casa Real que si le
dijeron o le dejaron de decir, nadie sobrio y en su sano juicio, que tenga una
mínima formación, se iguala ni con el Rey
ni con ningún otro anfitrión de cualquier festejo.
Todavía más, cuando el día
anterior, el okupa besante había llegado a un acuerdo con el inasistente padre
de gemelos, me pierde la retórica, para que desaparezca el delito de “injurias al Rey”. Si, señores, ahora ya
podemos llamar al Rey todo lo que se nos pase por la cabeza. No, todo no, no
podemos llamarle marica, mariquita ni maricón porque eso es un delito de odio y está mal
visto. Pero sí todo lo demás que se nos ocurra. Viene
a ser como cuando prohibieron fumar en locales públicos pero, sin más problema, podías chutarte un poquito de coca que no alcanzara más allá de lo que se
consideraba “consumo propio”.
Yo creo que la culpa ha sido
de ese alma de okupa que lleva dentro. Les digo: no
hay 2 sin 3, queda una. A destacar,
lo habrán visto, la sonrisa que Ana Pastor nos dedicó cuando las ovejas
volvieron a la fila con cara de madrequecagada. Gracias ovejas por estos
impagables momentos que nos estais dando.
Haaasta pronto!!!
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