Hospital 1 – Servidora 0 (Parte II)
Para terminar esta
crónica de mi estancia en el Hospital Ramón y
Cajal aprovecho hoy a estas horas que está fresquito en Madrid. Bueno, depende, para un coruñés
esta sería una noche de bochorno pero para una madrileña estos 19 grados de hoy
son una bendición. Sigamos:
·
Los desayunos se sirven a las 10:15 zulú. Desde las 6:30 que te
despiertas después de haber cenado a eso de las 20:00, volvemos a lo de las
ganas de asesinar a quien sea, da lo mismo.
·
Una vez operada, esta sanidad gratuita tan ponderada, te dice que
debes usar un cabestrillo con pinta de andamio negro que cuesta 200 euros, como
lo leen. Rectifico porque no son 200, son 198. Te los reembolsa la Seguridad
Social única y exclusivamente si eres titular de una cuenta bancaria he dicho
titular. Y una pregunta: Oiga, y si no tienes ese dinero en el banco?? Y si no
puedes prescindir de él? Miradas desconcertadas… silencio….
·
Cuando ya va uno preguntando por alli se encuentra con varias
cosas:
1. Nadie ha visto la cara del
Gerente, lo que da una idea de la cantidad de paseos que se da por el hospital para
comprobar in situ como funciona.
2. La lenceria se manda a lavar
fuera del hospital, en otras palabras, está privatizada. Se cobra por sacos
que, como seguro que se les alcanza, pueden ir llenos o mediados. Con estos
ojos panda que he tenido, pude comprobar que van mediados. Sólo ahí, el señor
gerente que no se pasea para ver su hospital está pagando el doble de lo que
debería.
3. Doy fe de que nadie se ha
coscado de que si al tipo de la lavandería le dices: ”O cumples o dejo de pagarte y te hundo”, vulgo le amenazas,
espabila a la voz de ya, porque lo de los sacos a medias no es una casualidad.
Pregunta fácil o
sugerencia gratuita, según se mire: Es que no se hacen auditorias a los hospitales???
Haaasta pronto!!!
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