El fútbol femenino
Cuando yo era una adolescente me cabreaba, mucho, que se pusiera en entredicho la igualdad entre hombres y mujeres, que no se contara con las mujeres para trabajar y seguir, por ejemplo, la progresión normal en una empresa, ahora también, ya saben, pero solamente igualdad de remuneración a igualdad de responsabilidad. Pero esa igualdad nunca incluyó el fútbol, mira tú por dónde. Por entonces, cuando una chica quería jugar al fútbol, la cosa quedaba zanjada con un “vaya marimacho” y ya estaba, no había más discusión ni lloros.
Cuando comencé a trabajar nunca un hombre me puso zancadilla alguna, pero recuerdo un par de zurumbáticas envidiosas y amargás que sí me la pusieron. Te acuerdas Mari Carmen, la que vivía en Arganda? Por si me lees…. Salí reforzada de las zancadillas con ayuda de algunos compañeros (masculinos) a los que nonono se la chupé ni nada. Jo! Con lo que hubiera sido poder contarlo ahora.
Por qué les cuento este rollo? Porque alucino cuando veo a estas gañanas de la selección femenina de futbol, más chonis que profesionales, exigiendo elegir democráticamente a sus jefes. Y alucino más todavía cuando se les pregunta que inútil quieren que las entrene. El futuro de esta selección está claro. Ha sido un milagro que ganaran el campeonato del mundo y el ataque de soberbia ha sido de tal calibre que han identificado “piquito en plena catarsis eufórica” con abuso sexual y lo digo porque todas menos dos han apoyado semejante estupidez.
Ahora no solamente quieren elegir a su jefe, también exigen ganar como los futbolistas de primera. Eso es lo justo porque, como han podido ver, cada vez que juegan se llenan los estadios. Por si no se han coscao, ni su familia va a verlas. Dicho en román paladino: que todo el dinero que mueven es el de la Coca Cola que se compran para el bocadillo. No me las justifiquen porque son jóvenes. NO lo son. La edad media de la selección femenina es de 25,9 años. Edad más que suficiente para haber madurado.
Que tiempos de estupidez supina!!!
Haaasta pronto!!
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