El infortunio
El
infortunio es la mala suerte, mala follá que diría mi amigo el gitano, del
candidato catalán de Podemos, que,
según leo en la prensa, se llama José Lluis Franco Rabell. O sea, José
como el General Sanjurjo y Franco, como el mismísimo Francisco.
Apellidarse Franco no es la mejor recomendación
para uno de izquierdas ni para uno de derechas. Pero ni Sanjurjo, que, al fin y al cabo, era un general golpista, ni Franco, que ya sabemos todos como las
gastaba, demostraron tener la mala leche que, inexplicablemente, tienen estos
de Podemos. Y digo que no me lo explico porque una mayoría
de podemitas no llega a los 40, vamos que ni conoció ni vivió absolutamente
nada de la dictadura franquista, y, a juzgar por las cosas que dicen, faltaron
a clase el día que lo explicaron. Sin embargo, sí que han disfrutado de las
regalías, en forma de becas, entre otros, de la transición.
Vuelvo al
principio: El susodicho Franco se ha
cambiado de nombre para la cosa electoral y ahora se le conoce por Lluis Rabell, ahora sí que tiene pedigrí
catalán. Su empresa, dicen, dejó de
funcionar en 2010 con “importantes deudas”, o sea, como todas, sólo que, este
propietario de empresa, ha sido acogido por Podemos y ha pasado de ser asqueroso capitalista (que diría el
podemita) a líder político de izquierdas. El tiempo nos contará, espero, cómo liquidó a
sus empleados o a sus proveedores. Y prometo seguirle con especial interés.
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