Las banderas
Vengo
de dar una vuelta por Madrid para comprobar
como vamos de colocación de banderas. Naturalmente, depende de las zonas que
uno visite, pero puedo decir que vamos bien. La respuesta está siendo buena. Para ser totalmente sincera debo informarles que, en mi casa, he puesto un pedazo bandera que ocupa toda la
terraza y casi, casi, le tapa la terraza al de abajo. NO ha sido nada fácil mantenerla pegada a la piedra pero, de
momento, ahí está, hecha una jabata. Ah! Y debo informarles también de que tengo un vecino catalán que corea los goles
del BarÇa. Igual le atiza una taquicardia cuando la vea. Les mantendré
puntualmente informados.
Mientras
tanto, Cataluña sigue a lo suyo.
Unos tarados del SI se han
permitido lanzar un cóctel Molotov contra
el Cuartel de la Guardia Civil de Igualada, en Barcelona. Como cuando Franco… que emocionantes recuerdos!!! NO ha habido heridos, lo que, supongo, a un par de intrépidos
revolucionarios, les habrá dejado pal arrastre. Tirar un cóctel Molotov y que el mayor daño provocado sea la caida de un
ladrillo flojo no es lo que se dice un éxito por el que ser recordado..
Otros tarados del NO han pegado unos
cuantos tiros de mentirijillas a un colegio donde los tarados del SI han asentado sus posaderas y las de sus niños
para que la poli no les cierre el chiringuito de votar. Lo de los niños viene de antiguo. Fue Yassir Arafat,
un auténtico angelito, el que ponía niños por delante para que no se atrevieran a disparar. Si... cobardía
de la gorda. Pues miren ustedes por donde, esa cobardía también la tiene una
parte de nuestro país: Cataluña.
Y
luego están los tarados del “me importa
un webo” que son los que no quieren entrar ni salir, pronunciarse a favor o
en contra, y a esos, qué quieren que les diga, no les entiendo. Pasar por la
vida como una pegatina en la pared, es triste o es que me he venido arriba?
Haaasta
pronto!!!
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