Las almendras.
Mallorca. Un distribuidor de almendras se levanta y se da cuenta de
que durante la noche le han robado 20 sacos, ni mas ni menos: 20 sacos. Eso
son muchas almendras! Todavía perplejo deduciendo cómo lo habrían hecho
que no se enteró, recibe una llamada de una señorita, en aparente buen
estado físico y mental, que dice, literalmente, que tiene muuuchas almendras
para venderle. Mosqueo: casualidades que tiene la vida.
La señorita
le cita a unos kilómetros de casa y allí va el para encontrarse con que, vista
en directo, no aparenta tener tan buen estado físico ni mental como tenía por
teléfono. Le ofrece, a buen precio, eso sí, 20 sacos de almendras, que, una vez vistos, los
conoce de antiguo, el distribuidor, a la señorita se los habían presentado la
noche antes.
Anda que no
habrá distribuidores de almendras para ir a llamar al dueño de las que robaste!!
Mala suerte? Para el distribuidor se llama Justicia divina!!
Y les diré que se nota que mejora la economía, porque ya se abren bares de nuevo. Me voy a tomar el aperitivo!!!
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