La caseta de obra
Les voy a
decir una cosa: Hace unos días, en la acera de enfrente de mi casa han colocado
una caseta de obra que ha
permanecido cerrada hasta hoy. Esta
mañana, a las ocho en punto, han
llegado tres hombres tres, con
aspecto de obreros de la construcción. Les clasifico porque llevaban pantalón azul de obra, camiseta blancogris de las de interior que se
ponen debajo del mono, pero sin mono, botas
de seguridad, usadas, pero específicas para construcción, así que, como casi
siempre dos más dos son cuatro, creo que no me equivoco al incluirles en el
sector construcción.
Esta mañana,
decía, han abierto la caseta, se han sentado en tres sillas en la parte de la caseta que está a la sombra y allí siguen charlando. Ni un papel en la mano, ni un ipad (por si tienen acceso a nuevas
tecnologías). Ni siquiera un teléfono
móvil con el que intercambiar ideas con algún responsable en caso de duda. Nada.
Debo decir que son las 12:01 y les veo desde mi ventana mientras escribo.
Ahora cuando
baje a por el pan les voy a preguntar si saben que CCOO, que lo mismo alguno de
ellos es afiliado, denuncia a los que cobran por no trabajar.
La caseta no
es nueva, no tiene logo alguno que permita saber a que empresa prestan sus
servicios y puedo cotillearles que no tiene baño, ya que lo han habilitado en
una mini casetita que está al lado, independiente, como debe ser.
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