Diego Torres. Hacía mucho
Cuando voy
leyendo las cosas de este hombre, ex socio del Urdanga, me viene a la cabeza esa imagen de un pececillo sacando la
boca de la pecera para coger un poquito de oxígeno. Después de 3 años 3, mareando la perdiz para
evitar lo inevitable, o sea, que le juzguen, y, cuando ya lo ve acercarse,
porque el Juez Castro, por fin, ha cerrado la instrucción del asunto, vuelve a la carga
diciendo que “La Casa Real supervisaba
todo lo que se hacia en Noox”. Aburre por lo pesado y el espectáculo es
patético, pero ... se lo ha permitido un Juez. Tendrá hijos este hombre? Creerá que les está
dando ejemplo de buen hacer?
He recurrido
a mi abogado, a quien hacía mucho que no preguntaba las tonterías que me
caracterizan, y me ha contado que, el resto de los españoles, tenemos que
presentar las pruebas “en el momento
procesal oportuno”, salvo que “la documentación en cuestión no fuera
conocida por las partes en ese momento”. Y lo pongo entre comillas porque son sus
palabras textuales. Que quiere eso decir? Pues que nadie, excepto, por lo que
hemos visto, este Torres, puede
estar presentando correos o cualquier otro documento al Juez de a poquitines.
Que hubiera ocurrido si lo hacemos usted o yo? Pues que, cortesmente, su Señoría nos habría dicho que verdes las
han segao.
Así que,
este chico, que tanto ha mareado, acusa a la Casa Real, ni mas ni menos, que de supervisar las actividades que
el y su socio perpetraban aprovechando el braguetazo de Urdanga. Siguiendo con esa manía refranera que me ha entrado los últimos
días, este debió pensar “quien a buen árbol
se arrima, buena sombra le cobija” y resulta que, una de dos, o el árbol no era tan bueno, o la suya era "la excepción que confirma la regla".
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