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lunes, 28 de julio de 2014

Pujol y la obra pública

Dice la exnovia del hijo de Pujol (parezco Susanita la de Mafalda) que la fortuna familiar procede de la obra pública. Ya. Por eso sabíamos todos que haber, había dinero negro, como las meigas.

Allá por el 4 de Marzo de 2005, cuando el PSC era algo más que un despojillo, Maragall le soltaba a Arturo I de Cataluña en un pleno del Parlament sobre las obras en el Carmelo:  “El problema de CiU se llama 3%” a lo que Mas, replicó: “Usted ha perdido completamente los papeles” y, además “Ha roto una regla, que en este Parlament se había respetado siempre, que era el respeto entre diputados y al Presidente de la Generalitat y esto algún día pasará factura”. Oiga, ni Rappel, sólo que la factura nos la ha pasado a nosotros, los españoles que, según Mas, les robamos.

Pujol, que, por aquel entonces, se encontraba de viaje en Mónaco (les recuerdo que es un paraíso fiscal, ligero, pero paraíso al fin y al cabo, y, lo apunto, por si la UDEF quiere ir mirando) reaccionó, leyendo un comunicado en el que se contenían unas cuantas perlas, a saber: “No temo a la comisión de investigación sobre adjudicación de obras públicas”, “son insinuaciones para que Maragall se quite de encima la presión por la crisis del Carmelo”. El colmo llegó cuando Josep Montilla, por entonces Ministro de Industria, Comercio y Turismo,  con ZP, le puso la guinda: “Nadie ha aportado una prueba, nadie ha hecho una acusación formal”. Se supone que después de semejante declaración, llamó a quien fuera para contratar un camión de tierra que volcar sobre el tema, porque…. lo que se dice investigar, no.

En todas esas cosas ya estaba Arturo mareando la perdiz. Arturo, para mayor vergüenza de si mismo, ha dicho que “Eso son cosas de la esfera privada de cada uno”. El chiste es bueno. Verás Arturo, de la esfera privada es ver a la amante de un amigo en el Liceo y, cuando se lo cuentas a tu mujer, ella te dice, la nuestra es mas mona, pero los dineros negros son de la esfera pública, no sólo cuando hablamos de Urdangarín o Cristina.

Eso sí, tengo la secreta esperanza de que esta confesión, seguida, no sólo de un acto de contricción, sino de una investigación seria de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, se lleve a Pujol, Pujolitos y alguno Mas allí donde deben estar.

Haasta pronto!

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