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lunes, 13 de octubre de 2014

Lo de las tarjetas “black”

Black: negro (no me miren así, no voy a decir de color) en inglés. Las tarjetas de Bankia, antes conocida como Cajamadrid y también como Merienda de negros (nueva alusión al negro que no puedo sustituir por “de color”), a sus Consejeros, las tarjetas, digo, eran de color negro, ese es el origen del nombre y no, como algún hortera de bolera pretende, en alusión a su inexistencia para el Fisco.

Lo de las tarjetas, junto con lo del ébola,  le ha venido como anillo al dedo a algunos vendeperiódicos que pretenden pasar por encima de temas infinitamente más importantes, como, por ejemplo, terroristas que siguen saliendo de la cárcel sin cumplir su pena, enfermisimos, a morir en casa. No, no hablo de Bolinaga, a ese ya lo conocemos todos. Sin ir más lejos, pasaron de puntillas por el etarra Tomé, que salió hace unos días por otro cáncer terminal. Jesús, vaya mitin que les he soltado!.

Yo quería hablar de las tarjetas Black, que, aparte algunos abusadores, como dice la canción, no me parece que sean para tanto. Vamos, de hecho, no se donde queda el pobre Urdangarín, que, después de esto, ha pasado a formar parte de la categoría de aprendiz de golfo.  

Hagan la cuenta: 15.000.000 de Euros. 86 tarjetas. 10 años. Eso sale a 17.441 Euros al año por tarjeta, o, lo que es lo mismo, 1.453,4 Euros al mes en gastos. Para un directivo de una Caja como Cajamadrid, eso no es mucho, créanme. El pecado, eso sí, que la Caja no es privada y que, en realidad, eso huele a salario en especie que no ha cotizado a hacienda. Aparte de eso, que nos apostamos a que ha prescrito o casi?? Y que nos apostamos a que nadie ha aprendido la lección?

Buenos dias!!

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