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martes, 22 de marzo de 2016

Bruselas

Otra vez. Otra vez vienen a casa a asesinarnos. Me siento como cuando ETA mataba a lo bestia y esto era una guerra en la que un bando., el nuestro, peleaba sin armas. Pues ahora me invade el mismo sentimiento de impotencia, rabia y desamparo. Con ETA no hemos acabado nosotros. Nos han ido sacando lo que querían y ya no disparan. A cambio hemos tenido que ver a Bolinaga y sus secuaces tomando el sol y un txikito en el bareto de la plaza. Nuestros muertos, enterrados, nunca más volverán a ver el sol.

Que pasará con los yihadistas? Les veremos de nuevo por Granada, como se les veía allá por el 1500? La vieja Europa ya no tiene fuerzas más que para el buenismo. Abrir fronteras a todo el que lo pida, sea bueno, malo o regular, y, por supuesto, respetar las creencias de los demás, aunque no sepamos cuales son. Mientras, hasta mi propia Alcaldesa, también conocida como la Carmena, trata de borrar las mías. 

La vieja Europa tampoco tiene memoria. Los Reyes Católicos expulsaron a los musulmanes en 1500 y no fue porque los moriscos fueran buena gente y trajeran riqueza y bienestar.  Pero Europa tiene Alzheimer y ya no recuerda ni que estuvieron por aquí ni que les echamos, del verbo expulsar, por si hay dudas.

Ya saben que me gusta llamar a las cosas por su nombre. Por eso estoy con Hollande. Es el único que le ha puesto nombre a estos ataques que nos amargan la vida, nuestra vida, nuestra buena vida: Estamos en guerra.

Haaasta pronto!!!

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