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jueves, 20 de febrero de 2014

La mala educación de un juez

He entretenido mi tarde leyendo ciertos pasajes de la declaración de Cristina que, como ya ha sido entregada a los abogados, ha aparecido en titulares del Mundo, como cuando Pedro Joota, el abandonado, estaba por allí. Hacemos una porra a ver quien la entregó a la prensa?

Todos sabemos la importancia de la educación, de la buena educación quiero decir. Eso incluye a Don Castro, que por mucho que presuma de republicano, debe respeto a todo el mundo: a Cristina, al kiosquero o a su asistenta. A un Juez, incluso si es chusquero, se le supone cierta buena educación.

Cristina, siendo imputada, está en su derecho de contestar, de no contestar o de mentir o de cantar su verdad al lucero del alba. Pero este Señoría se permite rematar irónicamente determinadas manifestaciones de Cristina. Una de ellas, pero no la única: Castro pregunta : Sabe usted si su marido recibió curso de salsa y merengue? Cristina dice que lo desconoce, pero que, “si las hubiera recibido, yo lo sabría”. La guinda la pone Castro que no se resiste a rematar esa contestación, añadiendo, y esto se lo juro por Snoopy: “Por la manera de moverse”.

No se ha registrado si soltar tamaña estupidez le produjo un orgasmo o algo de parecido gustito. Solo le falta empezar a comparar tamaños. Hay una canción que oí el otro día, por casualidad, de hace muchísimos años, que dice: Tonnnto, pero mira que eres tonnnto. Pues eso.

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