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sábado, 4 de enero de 2014

La comida en el matadero

Hoy se ha celebrado la comida de la infamia. En el matadero de Durango. No hay sitio mejor para esta panda de asesinos. Legal, sí, pero una cosa es lo legal y otra, muy diferente, lo moral. No van unidos en este caso. Allí estaban muchos de los asesinos. Ninguno se atragantó, mechachis.

Quiero destacar a Cake Minuesa, periodista que estaba cubriendo la desgraciada noticia, y que, con un temple que ya firmaría yo por que se me pegara un poco, les ofreció la oportunidad de disculparse. Olé su sencillez, ole su humildad, ole su hombría: “Oye, no queréis disculparos?”. No, no quieren disculparse y le echaron de allí. Esas son las croquetas que tienen estos terroristas que sirven para matar mujeres y niños o pegar un tiro por la espalda, pero, cara a cara …  

Saben lo peor? Que de todo el montón de periodistas allí presentes, que representaban a muchos medios de comunicación diferentes, sólo unos pocos han apludido a Coke, los demás miraban con cara de vaca viendo pasar el tren y hasta alguno hubo que, a fuerza de escurrirse en la silla para disimular su asistencia al acto, creí que acabaría en el suelo. Tener croquetas es un activo con el que no todo el mundo ha sido bendecido. Eso, queridos lectores, viene de fábrica.

Por cierto, hasta donde yo se, el Código Penal, sigue igual que estaba. Sr. Ministro de Justicia: A que espera para modificarlo por la vía del Real Decreto Ley Urgentisimo??

Gracias Coke!

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