Dia rarito donde los haya.
Estoy de mal humor. En los últimos días hemos oído
declaraciones de los Obispos que no
siempre encajan con lo que esos mismos Obispos se supone que predican. Dos
ejemplos, los dos eméritos: Obispo
de Málaga: Sebastián (como el ex Ministro) y Obispo de San Sebastián: Uriarte.
Obispo emérito de Málaga, Fernando Sebastián: “La homosexualidad es una deficiente sexualidad que se puede curar con
tratamiento médico”. Vaya por delante que no soy gay, lesbiana, transexual ni tengo a nadie cercano que caiga dentro de esas tres definiciones
y, vaya por delante también, que no quiero ser mala, pero es que el hombre me lo pone a webo, la pederastia también es una deficiente sexualidad y no vemos a
muchos sacerdotes retorcidos acudiendo a terapia.
El segundo obispo emérito y verbalmente diarreico, ha sido Uriarte, el de San Sebastián, ayer, cuando le daban el premio Sabino Arana por su contribución al proceso de paz y reconciliación
en Euskadi. Vaya usted a saber, cual fue su contribución real a la vida en general. Este
hombre, pide que se den pasos por parte de todo el mundo: ETA “entregando las armas y
autodisolviendose”, el Gobierno “dulcificando la política penitenciaria”
y todas las víctimas “con el perdón, difícil y generoso”. Tampoco parece que tenga claro quien es
víctima y quien verdugo.
Cuánto mejor habría empleando
su tiempo en explicar al otro emérito, las razones por las que siempre habla el
que más tiene que callar.
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