La proclamación y las
faltas de respeto
Debe ser que me estoy haciendo
mayor aunque me empeñe en no aceptarlo, pero tengo que decir que me ha gustado, no, me ha encantado, la
proclamación del Rey Felipe VI. El,
su discurso, las niñas, los besos, y Leticia,
cercana y dulce para certificar su historia de cuento de hadas. Como la
democracia no tiene que ver con las faltas de respeto y no las entiendo ni las acepto, quiero traer aquí a un tipo que se
llama Juan Adriansens. Según Wikipedia, cubano nacionalizado
español, residente en Barcelona, de
profesión pintor y comentarista mediático. No se si todo eso es cierto, pero le
he oído, en directo, y, les aseguro que va de decadente y le ha parecido muy mal “tanto beso en la Plaza Mayor”.
Estimado comentarista mediático,
por muy republicano que usted sea, debe saber:
- La Plaza Mayor que usted dice es el Palacio Real de Madrid, residencia oficial del Rey de España desde su construcción en 1734.
- Madrid también tiene una bonita Plaza Mayor que, históricamente, se ha utilizado para cosas bastante pacíficas, pero que, de haber estado situada en Paris, por ejemplo, hubiera servido para guillotinar a algún monarca de los de antes y tambien a algún mariquita que otro, porque, ahora, ser gay es tendencia, pero hubo un momento en que esa era razón suficiente para colgar a unos cuantos en la Plaza Mayor.
Quizá el problema para que
usted hable con respeto a y de aquellos que no tienen sus mismas ideas, sean
reyes o ciudadanos, es que hubiera usted preferido ocupar el lugar de Felipe VI, o el de Leticia, que vete tu a saber, pero puesto que ni lo ocupa ni lo va
a ocupar, haga usted el favor de comportarse, señor mío. Alternativamente, puede usted volver a su
país de origen donde son súper republicanos.
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