Flash del orgullo!

Cuando los gays empezaron a celebrar el día de su orgullo, a mí y creo que a una gran parte de los ciudadanos de Madrid, nos pareció aceptable e incluso divertido. Como siempre hace un calor de muerte, que parece que la ola de calor viene a propósito, tal día como hoy todos los años, para que se puedan pasear en pelotillas, ni siquiera te extraña ver a un manojo de muchachotes prácticamente desnudos por la calle. Hubo un año, y lo digo totalmente en serio, que vi a un juez, de Majadahonda, población cercana a Madrid, con esos pantalones que dejan ver los cachetes del culito como si fueran los de un bebé a punto de poner el pañal. Que si, que sí, que no deliro. Por cierto, ese juez ya no está en Majadahonda, por eso lo cuento.

Pero la dichosa política lo pringa todo y, hoy, esa manifestación del orgullo de ser gay, que me traía al pairo pero respetaba, se ha convertido en una reivindicación de la Sanidad pública. Ay, jovenazos! como dice la del anuncio. Habéis perdido mi respeto y el de muchos como yo porque vuestro orgullo, en realidad, os importa un bledo. Lo que de verdad os importa es reivindicar una sanidad que no podemos pagar pero que a vosotros os hace de gratis, por ejemplo, un cambio de sexo. No me viene bien, como dice un amigo mío. Mientras esa Sanidad pública, hoy arruinada gracias a gratuidades como esas, no le pague el dentista a los abuelos, lo mejor que pueden ustedes hacer es quedarse en el punto del orgullo.

A ver si ustedes, señores gays, lesbianas, transexuales y otras gentes se enteran de que todos queremos una sanidad pública y la tendríamos si no hubiéramos tenido gobernantes que han dilapidado nuestro dinero. Por cierto, ustedes adoran a ese dilapidador de dinero, les autorizó el matrimonio.